En una entrevista del diario La Opinión realizada por D. Alfonso Vázquez, el 4 de enero de 2009, a D. Rafael Cueto, nacido y vecino en las viviendas de los mineros, manifestaba que "Dentro de la mina había dos lagos. Uno de ellos era una charca cenagosa en la que se llegaron a ahogar personas y borricos. El segundo lago, o quizás laguna, es tan profundo, que cuando siendo niño pedía a los marengos de la playa una cuerda y la ataba a una piedra para lanzarla a la charca, nunca tuvimos cuerda suficiente para saber la profundidad del agua."
Posteriormente, la mina se utilizó por los vecinos de los barrios cercanos como refugio de los bombardeos aéreos de la Guerra Civil. En los años 50, según nos cuenta D. Jorge López, vecino del Camino de la Desviación en aquellas fechas, se comenzó a repoblar el monte con pinos y carrascos por el que era entonces guarda de la finca D Cándido. Los chavales en las vacaciones ayudaban a dicho guarda a plantar los pinos, recibiendo a cambio permiso para jugar en la propiedad. Todos los pinos del parque los plantó esta persona que tenía su casa en el corazón del parque, hoy reducida a escasos restos.
El nombre del Parque del Morlaco se debe a que antes cuando se extendía hasta la misma orilla del mediterráneo, el parque mostraba una silueta que parecía tener la cornamenta de un toro, un morlaco.
En la actualidad el Morlaco es un frondoso bosque adecuado para el uso de actividades como el ciclismo, el senderismo... o simple mente el paseo diario. El Morlaco empezó a funcionar como parque urbano hace unos 20 o 30 años aproximadamente.
Actualmente se ha hecho un hueco en este parque a unos amigos muy especiales, los perros. Tienen su propio parque privado en plena naturaleza.
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